Lágrimas de Gratitud es el espacio madre desde el que impulsamos varias iniciativas solidarias: el Programa Albergues Invisibles, el libro del mismo nombre, nuestro blog, la comunidad y la tienda solidaria MICHICAN. Todas estas áreas trabajan juntas para acercar apoyo real a albergues de bajos recursos, difundir historias inspiradoras, ayudar en el proceso de duelo y ofrecer productos útiles.
Mi Historia: Del Dolor A La Sanación
Desde niña he tenido una conexión especial con los animales que marcó profundamente mi camino hacia el duelo y derecho animal. Fui la menor de nueve hermanos, y aunque ellos fueron mis ejemplos a seguir, pronto aprendí que las personas que admiramos no siempre nos muestran lo mejor; también nos enseñan, a través de sus errores, qué caminos no debemos tomar.
Mis hermanos tenían resortera y cazaban pajaritos. Cada vez que hacían eso, yo lloraba desconsolada y les pedía por favor que no lo hicieran porque me parecía muy cruel. Esa diferencia en nuestra forma de ver a los animales me marcó desde muy pequeña: mientras ellos lo veían como objetos de diversión, yo ya sentía su dolor como propio.
Vivía en casa de mi abuela, donde el ambiente era hostil y desagradable. Sin embargo, ella era lo mejor de mi vida: una mujer entregada completamente a sus nietos, que dejó de vivir su propia vida por dedicarse a la nuestra, sin esperar recompensa alguna. También vivía allí mi tío, un hombre autoritario y dominante, cruel y despiadado. Hoy entiendo que la vida no fue fácil para él, y por obvias razones no podía dar lo que nunca aprendió. Paradójicamente, él también se convirtió en un gran ejemplo en mi vida: de lo que me dañaría si fuera como él.
Mis Primeros Maestros del Amor Incondicional
En esa casa teníamos una perra y su hijo Gitano, un perro hermoso y blanco como una ovejita, además de dos gatos, uno gris y otro negro. Yo compartía siempre con ellos, pero en esa época los animales dormían en el patio porque no se consideraban parte de la familia, sino simples animales. No se tomaban en cuenta sus emociones ni la alegría de sus colas moviéndose; para los adultos eso era transparente, pero para mí lo era todo.
Cuando llegaba de la escuela, sus colitas parecían ventiladores y yo me emocionaba porque ellos eran genuinamente felices al verme llegar. Hasta los gatos ronroneaban a mi lado. Todo era hermoso hasta que, de la nada, venía mi tío y con una patada sacaba a los perros de la casa para ponerlos en el patio. Los gatos corrían a esconderse, y a mí me trataba igual que a ellos.
Yo iba a llorar al patio con mis perros y a acariciarlos donde habían sido golpeados. Era mi forma de sanar, tanto a ellos como a mí misma.
Las Primeras Pérdidas que Me Formaron
La perra murió de viejita, y a su hijo lo atropelló un carro. Mi abuela y yo llorábamos mucho, pero mi tío nos regañaba por «llorar por un perro», como decía él. Esas pérdidas me marcaron profundamente y me enseñaron que el duelo por un animal es real, válido y necesario.
Mi Despertar: Comprendiendo la Misión Animal
Gracias a Dios, desde hace tiempo los animales han venido entrando en la vida de las personas de una forma impactante. Ellos llegan cargados de sanación, empatía y mucho amor. Lo único que debemos hacer es cuidarlos y regresar respeto y parte de ese amor que nos dan, porque los seres humanos no alcanzamos a poseer un amor tan puro como el suyo.
Agradezco a la vida por darme un corazón lleno de amor y poder encontrarme con esas miradas puras y esas colitas que hablan por sí solas. Solo cuando permitimos que un animal se nos acerque comenzamos a comprender su valor y su misión.
Sobre Mí: Más de Una Década de Compromiso
He dedicado más de 10 años a estudiar y comprender el vínculo humano-animal. Mi acercamiento a ayudar a aquellos albergues más necesitados de mi comunidad me mostró la necesidad en la que viven y me ponía a pensar cómo podría ayudar.
Soy enfermera de profesión y auxiliar de gerontología, lo que me ha permitido conocer de cerca la vulneración de derechos, el maltrato y el abandono de los más necesitados: tanto la población de adultos mayores como los animales. Esta experiencia profesional me ha dado una perspectiva única sobre el cuidado, la compasión y la importancia de proteger a los más vulnerables.
Actualmente vivo en Florida, Estados Unidos, y desde aquí dirijo mi proyecto en Colombia con un hermoso equipo de apoyo para el bienestar de nuestros peluditos.
Mi Propósito: Transformando el Dolor en Misión
Después de tantos años comprendí que mi misión no se basaba en solo donaciones; yo quería ir más allá, buscar la raíz de la situación que se vive con los animales domésticos en mi país. Fue allí donde pensé en un gran proyecto: «Programa Albergues Invisibles», una hermosa idea donde los más beneficiados serán los pequeños albergues que nadie sabe que existen y que les llamo invisibles porque nadie los nota.
Hoy las redes sociales muestran muchas ayudas, pero se olvidan de esos pequeños lugares que solo viven de la caridad de sus vecinos. Mi experiencia de dolor se transformó en propósito: acompañar a otras personas que viven el duelo animal, ayudarlas a honrar esa conexión sagrada y encontrar formas saludables de mantener vivo ese amor que trasciende la muerte física.
Mi Libro: "Lágrimas de Gratitud"
Estoy a punto de lanzar mi libro que lleva el nombre de mi página web y mis redes sociales, haciendo un solo conjunto de espacios llenos de información de calidad y acompañamiento. Este libro dinámico combina historias reales, actividades terapéuticas, espacios personales y conocimiento profesional para transformar el dolor en crecimiento.
Mi Filosofía de Vida
Los animales, más que terapia, son el amor personificado que nos hace ver que aquí estamos solo para aprender. Creo firmemente que enseñando y dando herramientas, muchísimas más vidas se salvarán. Cada persona capacitada se convierte en un eslabón vital entre la emergencia y la atención veterinaria profesional.
Cada producto que recomiendo, cada artículo que escribo y cada consejo que comparto nace de esa niña que consolaba a sus perros en el patio, que aprendió que el amor de los animales es el más puro que existe, y que entendió que nuestra misión es honrar y proteger esa conexión sagrada.
Porque cuando perdemos una mascota, no perdemos solo un animal: perdemos un maestro del amor incondicional.
Conecta Conmigo
Tu historia importa, tu dolor es válido, y tu amor por los animales tiene un propósito. Cuéntame cómo puedo acompañarte en este camino de sanación y servicio hacia nuestros compañeros de cuatro patas.