
Cuando un niño pierde a un ser querido, su mundo se llena de preguntas sin respuesta y emociones que no logra comprender. En estos momentos de dolor, las mascotas se convierten en un refugio emocional clave, ofreciendo consuelo y estabilidad desde el silencio y la presencia incondicional.
Cómo las mascotas ayudan a los niños en duelo

Apoyo emocional sin palabras
- Presencia constante: Los niños suelen expresar su dolor de manera no verbal, y las mascotas, especialmente perros y gatos, perciben y responden a estas emociones con cercanía física y calma.
- Seguridad y rutina: El cuidado diario de una mascota (alimentar, acariciar, pasear) brinda estructura y normalidad en un momento de caos emocional, reduciendo la ansiedad.
Beneficios comprobados por la ciencia
- Reducción del estrés: Estudios demuestran que la interacción con mascotas disminuye los niveles de cortisol (hormona del estrés) y aumenta la serotonina, mejorando el estado de ánimo.
- Expresión emocional: Los niños que no saben verbalizar su dolor encuentran en su mascota un «oyente» que no juzga, facilitando la elaboración del duelo a su ritmo.

Testimonios y evidencia
- Historias reales: Padres y terapeutas relatan cómo niños en duelo se aferran a sus mascotas como figuras de consuelo, incluso durmiendo abrazados a ellas para sentirse protegidos.
- Terapia asistida con animales: Programas que incluyen mascotas en procesos de duelo infantil muestran mejoras en la resiliencia emocional y la capacidad de adaptación.
La importancia de enseñar respeto y comprensión hacia las mascotas durante el duelo infantil
En medio del dolor por la pérdida de un ser querido, es fundamental que los adultos acompañen a los niños en el proceso de aceptación y en la relación con sus mascotas. No todos los niños reaccionan igual ante el duelo: algunos pueden buscar refugio inmediato en su animal de compañía, mientras que otros, especialmente los más pequeños o aquellos que aún no comprenden lo que ocurre, pueden sentirse confundidos, rechazar a la mascota o incluso tratarla de manera inadecuada. Este aprendizaje es parte esencial del proceso de duelo y de la aceptación de una nueva compañía, ayudando al niño a comprender que el amor y el respeto también se demuestran cuidando y protegiendo a quienes nos acompañan, especialmente en los momentos más difíciles. Así, se fomenta un vínculo saludable y responsable, que beneficia tanto al niño como a su mascota en el camino hacia la recuperación emocional.
- Mantener sus rutinas de cuidado (veterinario, alimentación, ejercicio).
- Incluir al niño en tareas sencillas relacionadas con la mascota, reforzando su sentido de responsabilidad y conexión.
- Observar las señales de estrés en el animal para evitar sobrecargarlo emocionalmente.